jueves, 3 de febrero de 2011

Eliminatoria semifinal Copa del Rey 2010/11 Sevilla FC - Real Madrid CF

Tras el sorteo de Copa del Rey celebrado a finales de noviembre, quedó claro que había una final ya decidida: Real Madrid CF - FC Barcelona. Cada uno cayó por un lado del cuadro, y solo se podrían enfrentar en la final. Por el camino, la posibilidad de que hubiera un Real Madrid CF - Club Atlético de Madrid. Y se dio.

Se han dado todos los condicionantes. Se tenían que dar. Era la final que quería todo el mundo. La final que quería el nacionalmadridismo.

Tras lo obvio del sorteo, las rondas fueron dándose, hasta que ayer se cerraron las semifinales más bochornosas de la historia de la Copa del Rey, al menos en los últimos siete años.

En el partido de ida, disputado en el Ramón Sánchez-Pizjuán contra el Sevilla FC, la cosa quedó clara desde el principio. Lass repartió patadas cuando y como quiso, Arbeloa frenaba carreras sin balón y daba patadas. Una sola tarjeta para cada uno.

Entre coces y ladridos, Benzema sacó los colores a la defensa sevillista y anotó para el Real Madrid.

La jugada polémica (la más polémica) de la eliminatoria llegaría en el descuento de la primera parte, cuando Luís Fabiano driblaba a Casillas, tiraba a portería y Albiol la sacaba desde dentro de esta. Gol no concedido.

Juzguen ustedes mismos:

El señor Undiano Mallenco, considerado el mejor árbitro español, no concedió el gol a instancias del linier Fermín "el del banderín". Simpáticos muchachos ellos.

Ya en la segunda parte, en un momento de lucidez extrema, el colegiado navarro no amonestó a Lass en un codazo a un jugador sevillista, como tampoco lo hizo cuando no dejó sacar una falta poniéndose delante de la pelota. En ambas ocasiones hubiera supuesto la expulsión del jugador francés. Para entender esta actuación y explicarla para todo el mundo, sí amonestó a Khedira cuando realizó la misma acción 45 segundos después. Poco después, Khedira entraba duro con la plancha por delante y no fue amonestado.

En los días sucesivos, la prensa nacionalmadridista se empeñó en demostrar que el balón no había entrado totalmente dentro de la portería. Sacaron estudios en tres dimensiones que hasta un niño de tres años hubiera notado trucado.

Para no dar mucha bola al escándalo arbitral de Sevilla, la prensa nacionalmadridista se dedicó a magnificar el lanzamiento (inaceptable) de una botella de plástico a Casillas, incluyendo artículos como el de Roberto Palomar, mofándose del acento de los andaluces, o como Miguel Serrano, ironizando sobre el juego limpio del Sevilla.

Lamentablemente para el Real Madrid, la eliminatoria no estaba resuelta. Había que jugar la vuelta en el glorioso Santiago Bernabeu para certificar la final querida por todos.

Y allí se plantó el Sevilla FC, dispuesto a dar guerra para intentar acceder a su tercera final en cinco temporadas. Pero se chocó nuevamente con la actuación de los colegiados. Esta vez fue Teixeira Vitienes.

Zokora metió el balón en un precioso pase en profundidad a Negredo, este la picó por encima de Casillas, marcando un golazo de bella factura. Pero partía en posición dudosa. Y ya se sabe, en caso de duda, hay que dejar seguir el juego, como esgrimía el nacionalmadridismo para no dar el gol, pero cuando se trata del Real Madrid, las dudas se disipan. Se sigue o no según la duda sea favorable o no al Real Madrid. He aquí la duda:



Nótese que las líneas simbolizan el ángulo de punto de vista trazado para establecer el paralelismo de las líneas del corte de césped con la del mediocampo y la línea imaginaria de fuera de juego. Clarísimo fuera de juego, por cierto.

A partir de ese momento, el partido fue una constante de entradas no señaladas al Real Madrid, tarjetas no mostradas a unos y sí a otros, y cuando no quedaba tiempo más que para que el Sevilla se fuera a por todas, el Real Madrid mató a la contra.

Enhorabuena a los señores Undiano Mallenco y Teixeira Vitienes. Consiguieron que una semifinal disputada pasara a la historia como un escándalo arbitral mayúsculo. Por contra, obtuvieron lo que les mandaron obtener. Deben tener la conciencia tranquila y el ánimo alegre.